Vasijas
Todas las piezas cerámicas pasan por varias fases durante su elaboración: preparación del barro, modelado, secado, primera cocción u horneado (alfarería tradicional) y cocciones de aplicación de técnicas cerámicas.
Preparación
Primero, la arcilla es amasada para que la humedad y demás partículas se distribuyan homogéneamente y para sacar cualquier burbuja de aire que tenga en su interior (lo que puede provocar explosiones durante el horneado o quema).
Composición o modelado
Luego es modelada manualmente o mediante diversas herramientas. El agua es utilizada para mantener la plasticidad de la arcilla durante el modelado, sin que aparezcan rajaduras. Los trabajos realizados en torno generalmente necesitan ser desbastados o retorneados para hacer que el espesor de la pared sea uniforme en toda la pieza o para modelar el pie de la pieza. Este proceso es llevado a cabo cuando la pieza se ha secado lo suficiente como para resistir este tipo de manipulación.
Secado y pulido
La pieza se deja al aire hasta que se seca y endurece lo suficiente. Esta fase es denominada «estado de cuero». Las piezas que se encuentran así son muy quebradizas, por lo que deben ser manipuladas cuidadosamente. Una vez que la pieza se termina, se deja secar nuevamente para que pierda el resto de la humedad que aún contiene, quedando con un aspecto similar al hueso. Cuando la pieza está totalmente seca, su color es más claro, y adquiere mayor dureza. En este momento es cuando se le suele pasar una lija fina y una esponja húmeda con el fin de pulirla.
Horneados
Luego es llevada al horno, en donde pierde la humedad química y adquiere una mayor resistencia y sonoridad. Puede ser que con esta cocción la pieza ya se dé por acabada, como es el caso de la alfarería, o que aún requiera de horneados posteriores, como sucede en la cerámica.Pueden requerirse varias sesiones de horno para lograr efectos decorativos especiales, como por ejemplo para obtener la llamada decoración negativa, utilizada en varias culturas ancestrales, como la Vicús. El efecto de decoración negativa se logra al cubrir con arcilla algunas partes de la vasija en la fase final de su cocción, de este modo, las partes cubiertas conservan su color original, mientras que las partes descubiertas se se tornan oscuras o negras mediante la reducción.
ANÁLISIS.
ANÁLISIS FORMAL:
Las vasijas de cerámica pueden ser de todos los tamaños y formas. Generalmente las vasijas se decoran con colores y dibujos aunque también hay muchas otras que solo están en el color normal de la cerámica (marrón).
ANÁLISIS TÉCNICO:
AZULEJOS DE CERÁMICA.
Estos se elaboran a partir de la cocción y el moldeo de piezas de barro o arcilla.
La cerámica es un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más sofisticados y decoración más fina.
ANÁLISIS FUNCIONAL:
La cerámica es un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más sofisticados y decoración más fina.
ANÁLISIS FUNCIONAL:
Estos en la antigüedad servían para transportar líquidos. Hoy en día se utiliza de adorno.
ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO:
ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO:
Hoy en día se pueden encontrar máquinas para la elaboración de estas, aunque se les da más prestigio a las artesanales, por lo que su precio se eleva.
PROCESO DE FABRICACIÓN:
El proceso de fabricación de baldosas cerámicas se desarrolla en una serie de etapas sucesivas, que pueden resumirse del modo siguiente:
- Preparación de las materias primas.
- Conformación y secado en crudo de la pieza
- Cocción o cocciones, con o sin esmaltado
- Tratamientos adicionales
- Clasificación y embalaje
selección de las materias primas que forman parte de la baldosa y que son fundamentalmente arcillas, feldespatos, arenas, carbonatos y caolines. Dado que las materias primas se suelen utilizar tal y como se extraen de las minas o canteras, lo más importante es asegurar su homogenización previa, para asegurar la continuidad de sus características.
Para ello se somete a un proceso de molturación, que dispersa las partículas y las reduce. Este proceso puede realizarse en vía seca o húmeda. En el caso de la molturación en vía húmeda, la más habitual, las arcillas se deslíen en un molino de bolas y se diluyen en agua. La suspensión resultante se denomina barbotina. Para los posteriores procesos de compactación y secado es necesario reducir el contenido de agua mediante el secado por atomización.
La barbotina se bombea, se pulveriza y se seca poniéndola en contacto con una corriente de gases calientes, en el interior de un atomizador. Los gases provienen de un quemador convencional aire-gas, o bien se utilizan los gases de escape de una turbina de cogeneración, lo que disminuye el coste energético del proceso de secado. Del proceso se obtiene un polvo atomizado, formado por unos gránulos esféricos, huecos en su interior y muy uniformes, por lo que el polvo es muy fluido. De esta manera se facilita el llenado de los moldes y el prensado.
El procedimiento predominante para conformar las piezas es el prensado en seco,mediante el uso de prensas hidráulicas con una elevada fuerza de compactación, una alta productividad y una gran constancia en el tiempo del ciclo de prensado. La piezas resultantes contienen entre un 5 a un 7% de humedad, por lo que se someten a una etapa de secado, con el objetivo de reducir esta humedad a entre el 0,2 y el 0,5%, de forma que el proceso de cocción y, en su caso, el esmaltado se desarrollen adecuadamente. Un exceso de agua generaría la fragmentación o rotura de las piezas.
En los productos no esmaltados, tras la etapa de secado sigue la fase de cocción. Si son esmaltados, se procede a cubrir la pieza con una o varias capas de vidriado. El tratamiento con esmalte confiere a la pieza una serie de propiedades técnicas y estéticas como impermeabilidad y facilidad de limpieza, color, brillo, textura superficial y resistencia química y mecánica. El esmaltado de las piezas cerámicas se realiza en continuo y los métodos de aplicación más usuales en la fabricación de estos productos cerámicos son: en cortina, por pulverización, en seco o las decoraciones.
La cocción de los productos cerámicos es una de las etapas más importantes del proceso de fabricación, ya que durante la cocción tienen lugar una serie de reacciones que cambian la microestructura de la pieza, confiriéndole las propiedades finales deseadas: resistencia mecánica, estabilidad dimensional, resistencia a los agentes químicos, facilidad de limpieza, resistencia al fuego, etc. En la etapa de cocción se considera el ciclo térmico atendiendo a la temperatura y al tiempo, y la atmósfera del horno, en función de cada composición y dependiendo del producto cerámico que se desee obtener.
La cocción rápida de las baldosas cerámicas, actualmente predominante, se realiza actualmente en hornos monoestrato de rodillos, que han permitido reducir extraordinariamente la duración de los ciclos de cocción hasta tiempos inferiores a los 40 minutos, (debido a la mejora de los coeficientes de transmisión de calor de las piezas, y a la uniformidad y flexibilidad de los mismos). En los hornos monoestrato, las piezas se mueven por encima de los rodillos y el calor necesario para su cocción es aportado por quemadores gas natural-aire, situados en las paredes del horno. Los mecanismos principales de transmisión de calor presentes durante este proceso son la convección y la radiación.
Aún resta una última etapa, destinada a garantizar la óptima calidad del proceso, que es la identificación de las piezas defectuosas. Este proceso de verificación de las características finales, antes manual, se desarrolla actualmente de forma automatizada mediante un software de reconocimiento, en función de una serie de parámetros preestablecidos, de forma que las piezas irregulares, o con defectos de coloración, por ejemplo, son separadas. Con la etapa de embalado finaliza el proceso de fabricación de la baldosa cerámica.
Para ello se somete a un proceso de molturación, que dispersa las partículas y las reduce. Este proceso puede realizarse en vía seca o húmeda. En el caso de la molturación en vía húmeda, la más habitual, las arcillas se deslíen en un molino de bolas y se diluyen en agua. La suspensión resultante se denomina barbotina. Para los posteriores procesos de compactación y secado es necesario reducir el contenido de agua mediante el secado por atomización.
La barbotina se bombea, se pulveriza y se seca poniéndola en contacto con una corriente de gases calientes, en el interior de un atomizador. Los gases provienen de un quemador convencional aire-gas, o bien se utilizan los gases de escape de una turbina de cogeneración, lo que disminuye el coste energético del proceso de secado. Del proceso se obtiene un polvo atomizado, formado por unos gránulos esféricos, huecos en su interior y muy uniformes, por lo que el polvo es muy fluido. De esta manera se facilita el llenado de los moldes y el prensado.
El procedimiento predominante para conformar las piezas es el prensado en seco,mediante el uso de prensas hidráulicas con una elevada fuerza de compactación, una alta productividad y una gran constancia en el tiempo del ciclo de prensado. La piezas resultantes contienen entre un 5 a un 7% de humedad, por lo que se someten a una etapa de secado, con el objetivo de reducir esta humedad a entre el 0,2 y el 0,5%, de forma que el proceso de cocción y, en su caso, el esmaltado se desarrollen adecuadamente. Un exceso de agua generaría la fragmentación o rotura de las piezas.
En los productos no esmaltados, tras la etapa de secado sigue la fase de cocción. Si son esmaltados, se procede a cubrir la pieza con una o varias capas de vidriado. El tratamiento con esmalte confiere a la pieza una serie de propiedades técnicas y estéticas como impermeabilidad y facilidad de limpieza, color, brillo, textura superficial y resistencia química y mecánica. El esmaltado de las piezas cerámicas se realiza en continuo y los métodos de aplicación más usuales en la fabricación de estos productos cerámicos son: en cortina, por pulverización, en seco o las decoraciones.
La cocción de los productos cerámicos es una de las etapas más importantes del proceso de fabricación, ya que durante la cocción tienen lugar una serie de reacciones que cambian la microestructura de la pieza, confiriéndole las propiedades finales deseadas: resistencia mecánica, estabilidad dimensional, resistencia a los agentes químicos, facilidad de limpieza, resistencia al fuego, etc. En la etapa de cocción se considera el ciclo térmico atendiendo a la temperatura y al tiempo, y la atmósfera del horno, en función de cada composición y dependiendo del producto cerámico que se desee obtener.
La cocción rápida de las baldosas cerámicas, actualmente predominante, se realiza actualmente en hornos monoestrato de rodillos, que han permitido reducir extraordinariamente la duración de los ciclos de cocción hasta tiempos inferiores a los 40 minutos, (debido a la mejora de los coeficientes de transmisión de calor de las piezas, y a la uniformidad y flexibilidad de los mismos). En los hornos monoestrato, las piezas se mueven por encima de los rodillos y el calor necesario para su cocción es aportado por quemadores gas natural-aire, situados en las paredes del horno. Los mecanismos principales de transmisión de calor presentes durante este proceso son la convección y la radiación.
Aún resta una última etapa, destinada a garantizar la óptima calidad del proceso, que es la identificación de las piezas defectuosas. Este proceso de verificación de las características finales, antes manual, se desarrolla actualmente de forma automatizada mediante un software de reconocimiento, en función de una serie de parámetros preestablecidos, de forma que las piezas irregulares, o con defectos de coloración, por ejemplo, son separadas. Con la etapa de embalado finaliza el proceso de fabricación de la baldosa cerámica.
ANÁLISIS:
ANÁLISIS FORMAL:
Los azulejos pueden ser de diversas formas, aunque generalmente son de forma cuadrada o rectangular, colores y tamaños.
Estos se elaboran a partir de la cocción y el moldeo de piezas de barro o arcilla.
La cerámica es un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más sofisticados y decoración más fina.
ANÁLISIS FUNCIONAL:
Sirve para decorar paredes o suelos. (Las habitaciones donde mayoritariamente se colocan son cocinas o/y baños)
ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO:
Hoy en día se pueden encontrar máquinas para la elaboración de estas, aunque se les da más prestigio a las artesanales, por lo que su precio se eleva.
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